27/2/08

La historia de Laura


MI SACRIFICIO



“Mi nombre es Laura tengo 38 años... y ésta... es mi historia...
...Me enamoré muy joven y pensé que era correspondida, pero al pasar el tiempo me di cuenta de que no era así, ¿que cómo me di cuenta? Pues al ver a mi amado novio ir del brazo de otra camino al altar, fue un tremendo golpe para mí, me sentí burlada, engañada; sufrí mucho por un largo tiempo pero intenté salir adelante…
Conocí a Francisco y aunque no lo amaba me casé con él y el me acepto así, pensamos que al pasar el tiempo el amor al fin podría llegar, pero desafortunadamente no fue así.
Francisco era un buen hombre y me trataba bien, pero su familia nunca estuvo de acuerdo con nuestro matrimonio, ellos pensaban que yo no era la mujer indicada para él, por tal motivo hacían mi vida cuadritos, me trataba mal y lo que más me dolía era la indiferencia de mi marido ante este maltrato por parte de su familia, eso me hacía muy infeliz, porque a pesar de que no lo amaba, lo llegué a querer mucho y a respetarlo y atenderlo como una esposa abnegada.
Mi familia se alejó de mí, pues no me podían visitar en mi casa, debido a los inconvenientes con mi familia política, esto me hizo sentir muy sola. Con el transcurrir del tiempo tuvimos una hija Victoria, ella alegró mi vida, acompañó mi soledad, me hizo sentir plena como madre, pero como esposa, otro era el cuento. Mi marido es un hombre muy machista, en el hogar no colabora en nada, cuidé de mi hija prácticamente sola, el se encargaba de traer la comida y lo necesario en el hogar, pero ya me había acostumbrado a vivir de esa manera.
Pasaron los años nuestra hija Victoria creció y con ella crecieron los problemas de mi matrimonio, la situación era ya insufrible y tomé una decisión muy dura para mí, decidí divorciarme de mi esposo, yo merecía algo mejor y el también; pero decidirlo fue mucho más fácil que llevarlo a cabo, de manera inesperada me di cuenta de que estaba nuevamente embarazada.
Nació mi segundo hijo y ese día que debió ser el más alegre de mi vida, se convirtió en el más triste, Carlos, mi hijo, había nacido con una deficiencia, que a la larga no le permitiría caminar, ni hablar, ni siquiera le permitía comer, además de tener cierto grado de retardo, esta situación me hizo olvidar por completo lo del divorcio, por ahora mi hijo era mucho más importante que el hecho de ser mujer. Mi esposo se alejó por completo de mi hijo, no lo quería, esto empeoró nuestra situación como pareja y traía más desdicha a mi vida. Pero hice de tripas corazón y dediqué todo mi empeño en llevar a mi hijo a los especialistas que se encontraban en la capital (pues yo vivía en una ciudad del interior), no me importaban los sacrificios que tuviera que hacer, estaba con toda la disposición de hacer todo lo que estuviera a mi alcance para ayudar a mi hijo.
Lo llevé a especialistas que me ayudaron a darle los cuidados adecuados de acuerdo a su condición a terapias para ayudarlo a desarrollar su parte motora, ya que por muchos años lo estuve alimentando con sopitas y pecho, porque no podía masticar por si mismo, ni comer. Fueron unos años muy duros para mí, sobre todo porque tuve que afrontarlos yo sola, ya que mi marido jamás me acompañó al médico, ni me ayudó con las terapias, ni nada; mi vida se volvió tristeza y soledad, pero ellas mismas me alimentaban para seguir luchando con mis dos hijos.
Me alejé por completo de la familia de mi esposo, porque me cansé de sus desaires, la soledad, la tristeza y los problemas que he tenido me han hecho una mujer fuerte ante la adversidad. Hoy mi hijo tiene catorce años y contra los pronósticos de los médicos ya come solo, un poco lento es cierto pero solo, también logró caminar, con cierta dificultad, pero camina, aún no se baña, ni se cepilla y tiene limitaciones en el aprendizaje, pero para mí ha sido un extraordinario avance, hoy al verlo sonreír me digo a mi misma “valió la pena todo mi esfuerzo, todo el amor entregado”, mis hijos han sido mi premio, mi galardón.
Mi hija es toda una señorita, es hermosa y esta llena de sueños que pronto realizará, la ayudaré a alcanzar sus metas, pero lo más importante es que llegue a ser muy feliz. Mi hijo siempre estará conmigo y ojalá Dios me de mucha vida para poder seguir ayudándolo en todo lo que necesite.
Aún estoy con mi marido que con el tiempo aprendió a querer a nuestro hijo, aún hago todas las labores de la casa sola, aún espero poder algún día salir de esta vida prestada. Estoy cansada, no se los puedo negar, tal vez un día me anime y deje de ser una criada más y empiece a ser el amor de alguien. Quizás un día huya de este miedo que tengo de ser amada plenamente, de esta desconfianza que tengo del amor. Tal vez un día aprenda que merezco ser feliz, respetada, amada. Quizás algún día logre conocer al amor.”

Mujerones


A MIS QUERIDAS AMIGAS


Hola mis queridos lectores, hoy tengo un tema diferente, hoy no escribo parte de mi historia, ni novelas, ni manuales para el hombre, ni poemas; hoy quiero contar la historia de unas amigas a las que he aprendido a admirar por su valor y entereza a pesar de las dificultades que le ha presentado en la vida.
Estas historias son de ellas, les pertenecen y son tan reales, como la mía.
Decidí escribirlas simplemente porque creo que merecen ser leídas, quizás no sean un clásico, ni un best seller, pero estoy segura que serán un espejo donde podrán mirarse muchas de las mujeres de mi país, de mi ciudad, porque las mujeres de mi país son admirables, valiosas, echadas pa´lante pues, como se dicen por allí, mujeres que a pesar del abandono de sus maridos sacan a sus hijos adelante, mujeres que se entregan a sus hijos para cuidarlos cuando a estos la vida les jugó una mala pasada, ante la mirada indiferente de un hombre que se conforma con ser el proveedor económico, porque no puede entregar más, porque la gran mayoría de los hombres solo puede hacer una cosa a la vez; entonces si proveen, no aman, no respetan, no valoran, no colaboran; si aman no proveen, si respetan no aman, etc.
Mujeres que trabajan, estudian, son mamás, esposas, hijas, amigas y mujeres, limpian la casa, hacen el mercado, atienden al marido, llevan a los niños al colegio, asisten a las reuniones escolares, los llevan al hospital si se lastiman, se trasnochan si les da fiebre, todas estas cosas juntas sin dejar de hacer ninguna o mal atender otra, hacen todo al mismo tiempo y además lo hacen muy bien.
Mujeres que aman, que se enamoran, que viven, que lloran, que sufren y aún así siguen adelante, no se desaniman, no decaen, porque dentro de ellas siguen soñando con lograr todos sus sueños y metas, desde obtener un doctorado, formar a sus hijos, hasta conquistar al hombre de sus sueños.
Mujeres que aprenden a vivir sin depender de nadie, mujeres que tienen dignidad, mujeres que aprenden a amarse a sí mismas, que se cultivan, que se instruyen, que se forman, que se ejercitan.
Esta historia es para todas esas mujeres, que para mí hace mucho que dejaron de serlo para convertirse completamente en unos MUJERONES.
Para ellas es esta sección de mi blog.


Saludos cordiales,
Edelly


26/2/08

Aclaratoria

A TODOS MIS LECTORES
Hola a todos:
Quisiera agradecer a la gran cantidad de hombres y mujeres que han ingresado en esta página y se han interesado en el contenido de la misma, en los diferentes artículos, novelas y poesías.
He recibido mucha correspondencia en relación a los temas de La Mujer y el Sexo y quisiera aclarar que solo son pequeñas sugerencias y quejas que he ido recolectando a medida que ha pasado el tiempo entre las experiencias de algunas de mis amigas, amigos y las mías propias, como ocurre con el resto del contenido de mi blog.
He quedado muy complacida con las diferentes opiniones, comentarios y felicitaciones al respecto, tomaré en cuenta algunas sugerencias y las estaré publicando en cualquier otra oportunidad.
Quisiera destacar mi opinión personal sobre el tema del sexo: "para mí el sexo se hizo para ser practicado bajo el vinculo del matrimonio y no estoy de acuerdo bajo ninguna circunstacia en la infidelidad y en relaciones extramatrimoniales (aunque puedo "respetar" esas decisiones), escribí estos artículo exclusivamente, para ayudar a la gran multitud de matrimonios que hoy se desvanecen en muchos casos debido a falta de información respecto al sexo, no es mi intención dar insinuaciones de como debe serle infiel a su esposa o esposo o de como complacer a su amante; como destaque en un principio creo en el pacto del matrimonio, en la fidelidad que debe existir entre las parejas, en la honestidad y en las transparencias entre uno y otro cónyuge (Muy a pesar de mi actual estado civil). Espero estos artículos puedan ser puestos en practica para unión y comprensión de los matrimonios".
Por ahora les dejo, deseándoles un mundo de bendiciones y paz para cada uno de sus hogares.
Saludos,
Edelly

22/2/08

¿Hombres amos de casa?


¿ESTAN CAMBIANDO LOS HOMBRES?


La verdad es lo que estamos deseando la gran mayoría de mujeres venezolanas.
Esperamos que nuestros esposos, asuman un rol mas integrado a la familia, que nos ayudaran en las labores domésticas, porque muchas de nosotras también trabajamos.
Hoy en día y para alegría de un pequeño puñado de mujeres afortunadas, este tipo de experiencias está revolucionando muchos hogares.
Y los hay que prefieren quedarse en casa atendiendo la casa mientras que sus compañeras trabajan.
Sea cual sea su preferencia, lo importante es que avanzamos hacia una transformación del núcleo familiar para bien de muchos niños sin presencia paterna y mujeres agotadas de llevar solas en los hombros la carga que representa estar a cargo de la casa, los niños, el marido, el mercado, el trabajo, los estudios y muchas cosas más.
Y también hay de aquellos que jamás cambiarán porque es más cómodo llegar a casa y conseguir todo hecho, que los niños ya estén atendidos y el solo se sienta a recibir las atenciones de su tan esmerada esposa.
Por eso les traje este reportaje que habla de que ahora:
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡LOS HOMBRES ESTAN CAMBIANDO....!!!!!

Los hombres ya no son lo que eran. Ahora, también barren, cocinan, y cambian los pañales. En muchos casos se debe al flagelo de la desocupación, pero ello no impide que muchos encuentren un nuevo y más profundo significado para su vida, al hacer estas tareas.
La causa suele ser negativa: los altos índices actuales de desocupación masculina. Pero los efectos pueden llegar a ser positivos: el encuentro de un nuevo sentido para la vida de los hombres, que incluya a sus hogares como un nuevo centro de desarrollo personal y familiar.
En efecto, obligados por la crisis, cada día más hombres se están convirtiendo en “amos de casa”, y toman a su cargo las tareas de lavar, cocinar, planchar, ir a la tienda de comestibles, o dar la mamadera y cambiar los pañales a sus bebés.
El fenómeno se explica en parte por el machismo existente en el mercado laboral. Como los salarios de la mujer fueron y son tradicionalmente más bajos que los del hombre, por la prestación de los mismos servicios muchos empresarios se inclinan por elegir mujeres para sus planteles, a sabiendas de que podrán abonar un sueldo menor, y posiblemente también eviten muchas cargas sociales.
Por eso, una gran cantidad de hombres en pareja, -que van desde maridos mayores de toda la vida hasta recientes y jóvenes novios-, experimentan la realidad de que sea su mujer el sostén del hogar, y, frente a la propia desocupación, están aceptando hacerse cargo de las tareas domésticas, acelerando la caída de los tradicionales prejuicios.
Por supuesto, este proceso no es gratuito. Según los especialistas, la mayoría de estos hombres se deprime o angustia, sobre todo al comenzar el cambio de roles. Sucede que el trabajo doméstico fue tradicionalmente descalificado, y por ende, quienes se ocupen del mismo, muy probablemente recibirán esa misma descalificación.
La situación se complica en el caso de los adultos mayores, que desde chicos han sido criados con un concepto de familia tradicional, donde el hombre debía hacerse cargo del sostén económico de la familia, y la mujer lo propio con las tareas domésticas. Por eso, casi todos los expertos coinciden en señalar que este nuevo rol de “amos de casa” es mucho más difícil de aceptar para lo hombres de entre cuarenta y sesenta años, que para los que tienen entre veinte y cuarenta, que no obstante también sufren el cambio.
Con todo, algunos admiten sentir placer al desempeñarse en su nuevo rol, sintiéndose, después del período de desocupación, nuevamente útiles, y valorando más su aporte al hogar, así como el tiempo libre para el propio balance de sus vidas. Cierto es que estos hombres todavía no se cuentan en gran cantidad, pero la tendencia parece mostrar que cada vez se valora y rescata más el nuevo rol.
Según señalan los entendidos en la materia, lo que puede definir el éxito o fracaso en la adaptabilidad al nuevo tipo de tareas, es la flexibilidad del individuo en cuestión. Los hombres más abiertos están comenzando a darse cuenta que la tarea de “amo de casa” puede significar un interesante cambio interior en sus vidas, y que la masculinidad ya no tiene una relación directa con el sostén económico de una familia, o el salario a fin de mes.
El peor de los escenarios que podría recrearse cuando un hombre pasa a ser “amo de casa” se da cuando la relación de la pareja estaba estructurada en torno a lo económico, y por ende la base de convivencia era la del marido como mero aportante de dinero, y la de la mujer como exclusiva dueña de las tareas en el hogar. En esos casos, lo más común es que surja una crisis de pareja, para lo cual podría ser necesario realizar algún tipo de terapia.
Lo cierto es que, según afirman los expertos, sería mucho más positivo que el proceso de intercambio de roles en la pareja moderna esté dado por la madurez de los integrantes, y no por una causa externa negativa como es la desocupación. Por eso, los especialistas aconsejan que las parejas muy conservadoras intenten modificar su reparto de roles por una decisión propia, antes que por una cuestión externa inexorable.
En cualquier caso, que el hombre se ocupe de las tareas domésticas podría darle un nuevo significado a su vida, sobre todo si en la casa hay niños pequeños, y ellos pueden tomar una parte más activa en su crianza.

21/2/08

El deseo de mis manos

Por Edelly Peña

Quisiera complacer mis manos en su deseo de explorarte,
De recorrer todo tu cuerpo y con ellas extasiarme.
Dar una vuelta por tu cuello y con mi boca ayudarme,
A sentirte, a saborearte, a recorrerte sin privarte,
Hacerlo de tal manera que ningún placer pueda ocultarte,
Que no se me esconda nada, ningún rincón se me escape
Cabalgar por tu ancha espalda y sobre ella prendarme
Bajar hasta tu cintura y hacer que ya no te aguantes
Que me anheles con desespero, que te quejes ya jadeante,
Y cerca de tus caderas con mi boca degustarte
Suave pero firmemente, hasta lograr despertarte,
Que estés firme, preparado para la batalla campante
Que tendrán estos dos cuerpos sudorosos y anhelantes
En esas entradas y salidas de tu fuerte comandante
Arremetiendo con furia contra el deseo campante
Que vibra dentro de mí y se ahoga fascinante
Entre sudores y fluidos que dejamos escarparse
Detente un poco, lentamente recobra fuerzas comandante
Mientras yo tomo tu lugar en esta lucha delirante
Ataco todo; arriba, abajo, retaguardia y adelante
No puedo dejarte mal, haz luchado inagotable
Jadeante, fatigada, me repongo al escucharte…
No te pares, continúa beligerante…
Que ya ganas esta batalla falta poco ¡No te canse!
Apresuro ya mis pasos, para a los tuyos acercarme
Para terminar esta guerra de estos cuerpos incansables
Y entres tus jadeos y mis gemidos entendemos victoriosos
Que el final de esta batalla se acercaba ya apremiante
Sin miedos, ni temores entregamos las banderas, triunfantes
Entonces en mi trinchera te quedaste a resguardarte
Del deseo de mis manos que vienen de nuevo a buscarte.

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7/2/08

Divino Amor


DIVINO AMOR
Parte I
Por Edelly Peña

En primera de Corintios capítulo 13, versículos comprendidos entre el 1 y el 13, vemos muy explícitamente, cual es la perspectiva de Dios respeto a lo que debe ser el amor.
“1 Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. 2 Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. 3 Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.
4 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; 5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; 6 no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. 7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
8 El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará. 9 Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; 10 más cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará. 11 Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño. 12 Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido. 13 Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.”

Muchos se preguntarán, el por qué hoy comienzo a escribir con versículos de la Biblia, quizás algunos hasta quizás se saltaron esa parte, a otros no les interesó ni siquiera seguir leyendo este mensaje; porque para algunos leer la Biblia es simplemente una locura, para ellos la Biblia está escrita para ese grupo de Evangélicos fanáticos, que muchas veces escuchan en las calles celebrar a Dios en voz alta, (cosa aparentemente absurda para la mayoría), bueno a ese grupo de personas quiero responderles especialmente, también a todos aquellos que dicen conocer a Dios y que le sirven e igualmente a ese grupo numeroso de personas que han dicho un “te amo” alguna vez en sus vidas; porque La Biblia estimados amigos, está escrita para todos los que fuimos creados por Dios y afortunadamente, usted pertenece a ese innumerable e incontable grupo de personas.
En esas líneas de arriba, está descrito magistralmente, lo que significa el verdadero amor, como debe actuar, las cosas que no debería hacer y las que debería hacer.
Es increíble la cantidad de personas que decimos “te amo”, sin entender lo que realmente significa, expresamos esas dos palabras tan ligeramente que ya es costumbre entre adultos, jóvenes y niños. Pero ¿sabemos lo que significa decirle a alguien que lo amas?
Muchas personas desconocen que existen varios tipos de amor y por eso hay confusión cuando hablamos de este.
En algunos idiomas, como el griego antiguo, se distingue entre los diferentes sentidos del amor mucho mejor que en el idioma español. Por ejemplo, en griego antiguo existen las palabras filia, eros, agape y storge, las cuales significan respectivamente lo siguiente:
"Eros" que es el amor romántico o sexual, no hacen falta explicaciones ¿no? una pareja sin eros se llama amigos.
"Philia o filia " es el amor entre amigos.
"Ágape" que es el amor incondicional el amor que siente Dios por nosotros y que nos enseña a sentir por los demás (este es el tipo de amor del que se habla en el texto inicial, en 1era de Corintios 13).
“Storge” que es el amor que sentimos por nuestra familiar, ya sea de manera ascendente o descendente.
Hoy quiero principalmente hablar sobre el amor “Agape”, si ese amor incondicional, que deberíamos tener unos con otros y muy especialmente con nuestras parejas, porque a la final “Mi vida hecha poemas” está escrito para ese tipo de personas que vivimos enamoradas.
En las parejas debe existir todos estos tipos de amor en conjunto, no podemos desligarnos de ninguno de ellos; al conocer a nuestras parejas primero somos amigos y le llegamos a querer con ese tipo de amor, está el amor eros, que como escribí anteriormente una pareja sin eros, es simplemente un dúo de amigos, este no puede faltar en un matrimonio, el amor fraternal crece en los matrimonios con el transcurrir del tiempo, pero es el amor ágape el que hará que esa pareja permanezca unida a través del tiempo, de las desavenencias, de los problemas y de las muchas diferencias que pueden existir entre dos personas con diferentes tipos de personalidad y es el los mantendrá unidos aún después que ya el eros no pueda practicarse y aún así seguir manteniendo la llama del amor encendida.
Entonces, mis queridos amigos, ¿no les interesaría saber un poco más sobre este amor, que a la final es el que los ayudará a entender, soportar, perdonar, creer en su pareja después de todos los obstáculos?, a mí si me gustaría y se que a muchos de ustedes están muy interesados en saber un poco más de ese gran tipo que llaman “Ágape”.

CONTINUARÁ...

¿Hay vida después de un divorcio?



Por Edelly Peña


Cuando un día tomamos la decisión de casarnos con esa persona “ideal”, jamás pasó por nuestra mente la posibilidad que había de que hubiese un divorcio. Creo que ninguno llegamos ante un Juez o ante Dios, con la carta en la manga del divorcio como solución a los problemas, es más, esa posibilidad parece muy lejana.
¿Pero que ocurre cuando a pesar de todo lo que teníamos previsto nos divorciamos? ¿Cómo seguir adelante cuando estás destrozado, decepcionado y muchas veces incrédulo? Nos encontramos en las disyuntivas de no saber como continuar adelante, sin la persona con la que compartimos tantos años de nuestra vida, nos sentimos solos y muchas veces la depresión viene a ocupar el lugar de la alegría compartida. Lo peor de todo es, que la gran mayoría de las veces, es solo uno de los miembros de la relación el que pasa por este desconcierto y por ese proceso de nueva adaptación al distinto estilo de vida en soltería.
Vemos entonces, a mujeres o a hombres encerrados en sus habitaciones, sumidos en una depresión que no les permite ver claramente el mundo de posibilidades que se les presenta adelante. Pierden el deseo de vivir, de luchar y por supuesto de volver a creer en otra persona para empezar una nueva relación.
En este período de tiempo que puede ser largo o corto, dependiendo de cómo vaya superando la persona la ruptura del vínculo del matrimonio, se pierden las ilusiones y en la mayoría de los casos ninguno sabe como vivir después del divorcio.
Aquí les dejo una serie de recomendaciones, muchas de las cuales me han servido y aún me sirven para poder aprender a seguir mi vida en soledad, al menos por ahora.
Para mí fue muy traumático, era una lucha constante contra la corriente, suplicaba, lloraba, me humillaba, esperé por mucho tiempo, lo que jamás llegó, ni llegará. Y digo que fue traumático porque, quería resolver una situación en la que no cabía la conciliación, hubo infidelidades, mentiras, engaños y aunque tenía el deseo de volver a empezar, eso no era posible si la otra persona no asumía sus errores y decidía no volver a ellos, era una cuestión de dos y no de uno solo.
De esa manera y muy paulatinamente me fui dando cuenta de que estaba enamorada ya sola y era imposible que me volvieran a amar si no querían. Aunque pasó un tiempo, para mí no fue perdido, en ese transcurrir fui aprendiendo a seguir el para muy tortuoso camino de la soledad.
Llega el día en que simplemente te das cuenta que la vida a pesar de tu dolor no se detiene ante ti, sino que la vez pasar rápidamente y sin contemplaciones.
Dios es en este proceso fue mi fortaleza, espiritualmente me ayudó mucho creer en el ser que un día planeó una vida para mí, decidí aceptar mi nuevo “estatus social” de divorciada, me levanté del enorme colchón de depresión en el que estaba acostada, me di una larga ducha caliente, me perfumé, peiné mis cabellos y me dibujé una nueva sonrisa en la cara.
Porque comenzar a vivir después de un divorcio es tan sencillo como tomar una decisión.
Tomen la autoridad sobre su vida y sigan adelante.
Porque si:
HAY VIDA DESPUES DE UN DIVORCIO.
Cordialmente
Edelly Peña

6/2/08

Amor en silencio Parte final

Amor en silencio Parte Final

Ella se inclinó de pronto, emitió una leve exclamación, como si algo le doliese dentro y en ese momento se desvaneció en sus brazos, el la llamaba diciéndole que no lo dejara, pero ya era muy tarde, ella tenía en su rostro ese reflejo de paz que desde hace mucho no tenía y en sus labios se dibujaba una diminuta sonrisa. El la acercó a su pecho con fuerzas, como intentando en ese abrazo devolverle la vida.
Lloraba profundamente sintiendo en ese llanto esos dolores que desgarran el alma, el corazón y que te arrancan la vida; tanto tiempo perdido, tantos besos guardados, tanto amor escondido, porque, porque se preguntaba, pero ya no había respuestas disponibles para todas sus interrogantes.
Después de un breve momento tocaron a la puerta, pero el no quería levantarse estaba ya sin fuerzas, la colocó cuidadosamente en el sofá, le secó las lágrimas con sus manos temblorosas, arregló su cabello y acarició su cara…
Se dirigió lánguidamente hacia la puerta, eran los paramédicos que contestaban su llamada, el se apartó a un lado y les señaló a donde estaba su esposa, inmediatamente le dieron una palmada en el hombro, se dirigieron hasta el sofá y confirmaron lo que ya el sabía, Sofía había muerto de un infarto que le destrozó el corazón, pero el sabía que ese corazón desde hace mucho se había desgarrado.
No permitió que la llevaran a un hospital, a ella no le hubiese gustado, esperó allí a su lado hasta que llegó el médico forense.
Los días después de el entierro para Roberto, fueron determinantes, cambió por completo su ánimo, sus hijos ya de diecisiete y quince años respectivamente, se daban cuenta del cambio de su padre, quisieron apoyarlo pero el no se dejó.
Cada día iba a la casa de Sofía al levantarse y preparaba dos cafés, ponía la mesa para dos y a hurtadillas le hablaba, se dio cuenta, que en el closet algunas de sus camisas colgaban, estaba en el baño la espuma de afeitar que el usaba, se dio cuenta que ella jamás de su casa lo había echado.
Salía a la calle y caminaba lentamente, mirando al cielo, sin querer en las nubes la veía dibujada.
Tanto amor perdido entre dos seres, tanta vida malgastada.
Roberto vivió siete años extrañando a Sofía, la misma cantidad de años que ella vivió extrañándolo a él, en esos años, ni un solo día dejó de ir a la casa de ella, ni un solo día dejó de preparar las dos tazas de café, ni un solo día dejo de poner la mesa para dos.
Y un día de esos grises, Roberto se sentó en el sofá y se acurrucó, de pronto lo sobresaltó un sonido seco, sin recelos se volteó su cara como buscando a alguien;
- ¿Quien está allí?;
Preguntó con desgano, pero nadie respondió, sólo oyó solo un lejano murmullo, como una respiración entrecortada.
- Estoy aquí, no te he dejado sola; dijo sonriendo;
Estiró sus piernas en el mueble, recostó su cara sobre el posa brazos, como si alguien lo estuviera abrazando, emitió un quejido, cerró los ojos y allí mismo en ese instante, como si lo esperara, murió.
En su rostro quedó dibujada una expresión de tranquilidad y una diminuta sonrisa.
Un infarto le destrozó el corazón. Aunque desde hace mucho lo tenía desgarrado.

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Amor en sielncio parte IV

Amor en silencio Parte IV
Por Edelly Peña

Fue tanta la emoción de ese día, que el corazón de Sofía se estaba debilitando, con voz muy baja le dijo a su esposo:
– No me he sentido bien viejo, ¿puedes venir un momento a casa? – Claro, contestó él impaciente – ya salgo para allá.
Al llegar a la casa, la encontró muy débil recostada en el sofá de la sala, la abrazó y le dijo:
– Vamos, te llevaré al médico vieja, te pondrás bien.
– No, déjame aquí un rato, disfrutando de este momento que esperé por tanto tiempo, cada día esperé por ti mi amor, cada día preparé tu comida, le dijo ella mientras lo tomaba de las manos.
– Ya no digas nada, Sofía, quédate tranquila vieja, que todo va a estar bien, ya lo verás.
Decía Roberto mientras llamaba por teléfono a una ambulancia, ya sin poder contener sus lágrimas, al verla allí tan desvalida, se reprochó el no haberla buscado en tantos años por su cobardía, si tan solo se hubiera arriesgado…
Sofía tosió un poco y le pidió ayuda para sentarse, el lo hizo con cuidado, como si al tocarla ella pudiera romperse entre sus manos. Ella lo miró fijamente, sonrió agradecida y le dijo
–Gracias por haberme llamado hoy, realmente yo sabía que un día tú volverías; Roberto, mira con desesperación a los lados, preguntándose cuando llegaría la ambulancia;
-No digas nada, vieja ya viene la ambulancia, decía insistentemente mientras lloraba;
-Viejo quiero que sepas que siempre te amé con todo mi corazón, no te culpo de nada, no te guardo rencor, quiero que estés tranquilo, ya me llegó la hora de partir y lo sabes, así como lo se yo;
- -No digas eso vieja, no me puedes dejar ahora, le gritaba Roberto suplicante;
Pero ella continuaba:
- Se que me amaste mucho, a pesar de todas las cosas, solo en algo puedo reprenderte y es, el no haberme dado la oportunidad de disfrutar de tus hijos, sabías, que por el simple hecho de ser tuyos yo los hubiera amado como si fueran míos, pero no fue tu decisión, a veces tenemos que cumplir nuestro destino, tal cual como está escrito, sin cambiar nada.
- Vieja perdóname, yo no quería hacerte daño, fui un imbécil que actuaba sin pensar, tú fuiste el amor de mi vida y después de ti, no existió nadie más, ya no podía amar a nadie como te amé a ti.
Ella tocó sus labios para que no siguiera hablando, dentro de ella, sabía lo que él estaba sintiendo, conocía perfectamente el temperamento de su marido y que lo que estaba diciendo era verdad, sabía de sus temores, había aprendido a conocerlo tanto, por eso cada día lo esperó, aunque ella conciente estaba de que ese día podía tardar mucho en llegar.
A lo lejos la sirena de la ambulancia se escuchaba acercarse.
– No quiero morir en un hospital; le dijo ella ya sin fuerzas para respirar;
– Abrázame le susurró al oído; el no lo dudó ni por un momento, la abrazó, besó sus labios suavemente, tocó su rostro con ternura y le dijo; - No te dejaré, aquí estaré, no tengas miedo; decía sollozando sin parar.
Continuará...
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Amor en sielncio parte III

Amor en silencio Parte III
Por Edelly Peña

El tratamiento incluía estar lejos de factores estresantes, medicina costosa, nada de preocupaciones, depresiones y de todo aquello que era lo que normalmente rodeaba a Sofía.
Su estado no mejoró, la medicina la tomaba cuando podía comprarla, no se alimentaba bien, la depresión siempre la acompañaba, había perdido el deseo de vivir, ella nunca pudo aprender a vivir sin su amor, había perdido totalmente las esperanzas.
Un día de esos grises, sonó el teléfono y ya sin fuerzas y sin motivos, lentamente lo contestó, era Roberto, que la llamaba para saber como estaba, (ella había dejado de llamarlo desde hacía varios meses) le dijo
– -He extrañado tus llamadas, hace mucho no se de ti, ¿está todo bien? Lo dudé un poco para llamar, pues pensé que ya no querías saber más de mí-
Ella confusa sintió que se desvanecía, se sentó, le era imposible responder a las preguntas de su ex esposo, ya que sus lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas sin parar, cuanto tiempo había esperado esa llamada, cada día, cada mes, cada año que había dejado atrás, cada día de los siete años que habían transcurridos, Roberto enseguida se dio cuenta que algo estaba pasando y preocupado le preguntaba:
– Sofía ¿que pasa?, por favor dime si te pasa algo- Rápidamente ella reaccionó y le respondió
– Quédate tranquilo viejo, no pasa nada, solo me sorprendió tu llamada, nada más.
– Si te molesto dímelo, acotó Roberto tímidamente. Ella sonrió y le dijo
– Tú jamás podrás molestarme, solo me alegra que hayas llamado; alcanzó a decir Sofía entre sollozos
– Y a mi el haberte llamado, no sabes cuanto me costó hacerlo, no porque no quería, sino que todos estos años siempre me he culpado de nuestra separación y no quería que sufrieras más por mi culpa, ¿algún día podrás perdonarme?
– Hace mucho tiempo te perdoné, desde el día que decidí dejarte libre, para que escogieras con quien ser feliz.
Dijo ella ya sin contener el llanto. Roberto, sintió que el corazón se encogía dentro de su pecho, tanto tiempo amándola tanto, creyendo que ella lo odiaba.
Continuará...
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Amor en silencio Parte II




Amor en silencio Parte II
Por Edelly Peña

Con el pasar de los años, ella se convenció de que Roberto se había recuperado de la separación, que había seguido con su vida, lo imaginaba feliz y siendo un excelente padre, aunque nunca regresó con la madre de sus hijos.
En cambio Sofía seguía como perdida, todavía no había aprendido a vivir sin el compañero de tantos años, se mantenía haciendo pequeños trabajos aquí y allá, que apenas le alcanzaba para comer y pagar algunas cuentas, en la calle jamás demostraba dolor, pero al llegar a casa comenzaba la agonía, cada día desde que se divorció esperaba que su esposo regresara a casa, cada día preparó dos tazas de café al levantarse, ponía dos sitios en la mesa en cada comida, el teléfono siempre estaba a la mano por si acaso el llamaba y cada repique representaba un latido lleno de esperanza, pero Roberto jamás llamó para otra cosa que no fuera saludarla muy de vez en cuando y en las ocasiones cuando se enteraba de que estaba enferma que por cierto eran pocas, no las veces que se enfermaba que de por si eran muchas, sino las oportunidades en las que el se enteraba de ello, ella continuaba esperándolo y a solas en su habitación imagina que estaba cerca y le contaba sus historias. A pesar de no recibir ninguna señal de parte de Roberto, ella aún retenía esperanzas muy dentro de su corazón.
En ocasiones cuando la desesperación la vencía tomaba el teléfono y marcaba a su oficina con cualquier excusa, no importa cuan idiota fuera; para pedirle que arreglara una tubería dañada, llamara al banco por una tarjeta, para preguntarle por sus hijos, para saber como estaba, pero Roberto a pesar de ser muy cortés y de que resolvía algunos de sus inconvenientes, siempre se negó a ir a su casa, en algunas ocasiones, ella se acercaba hasta su trabajo y lo llamaba para que el bajara, aprovechando que ella estaba cerca de ese lugar, el lo hacía muy amablemente, la saludaba, la abrazaba, hablaban de tonterías y a los 30 0 45 minutos cuando mucho, ya él tenía otros compromisos y tenía que dejarla.
Sofía comenzó a perder mucho peso, su salud estaba muy delicada, las continuas taquicardias, la dificultada para respirar, la irritabilidad, que muchas veces sintió y las tanta oportunidades en que perdió el conocimiento la obligaron a ir a consultarse médicamente. La sola idea de asistir a un médico sola la aterraba, pensó en llamar a Roberto, pero no quiso molestarlo, además pensaba que ya no le importaba. Después de hacerse algunos exámenes médicos, dieron como resultado que estaba sufriendo de ataques isquémicos transitorios (AIT), es decir, supresiones súbitas del aporte de sangre al cerebro y, por consiguiente, de oxígeno, cuya causa se identifica con la obstrucción o estrechamiento de las arterias que irrigan al encéfalo. El bloqueo o angostamiento descrito produce pérdida momentánea de la conciencia, lo que puede durar segundos o fracciones de éstos. El doctor ordenó otros exámenes porque en la mayoría de los casos esto era síntoma de una enfermedad mayor. Con los resultados y los consejos médicos se fue a su casa, sola, por unos días no pudo comprar las medicinas prescritas por falta de dinero, se sentía muy mal, ya era imposible poder disimular ante los demás su mal estado físico. Llamó a Roberto y le pidió el dinero en calidad de préstamo, sin dar mayor detalle, aunque él tampoco preguntó mucho. Al tiempo le diagnosticaron una insuficiencia cardiaca, esto fue devastador para ella.
Continuará...
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Amor en Silencio Parte I




AMOR EN SILENCIO Parte I
Por Edelly Peña


Estaban pasando por un divorcio casi obligado, Roberto amaba a Sofía, y ella lo amaba a él, pero la promiscuidad de él ya había causado estragos en el matrimonio, que ya llevaba veinte años de unión, a pesar de las constantes infidelidades de su marido, (fuera del matrimonio ya el tenía dos hijos) ya Sofía estaba cansada de entenderlo y perdonarlo. La amante de su marido la llamaba, le enviaba mensajes, para molestarla, en ellos la insultaba, se burlaba de ella porque jamás pudo ser madre, ya había soportado mucho, no aguantaba más, esos comentarios la herían como mujer y como madre frustrada. El recuerdo de la muerte de su hijo a los pocos días de haber nacido, la atormentaba día tras día, había avocado su vida a ser la esposa de su marido y hasta eso le estaba siendo arrebatado por la vida, estaba devastada.
Roberto por su parte había aceptado la decisión del divorcio con desgano, no quería dejara a Sofía, no entendía porque después de tanto tiempo la madre de sus hijos seguía importunando a su esposa, ya no tenían nada, fue un desliz de su juventud inmadura, pero como decirle a su esposa, que eran mentiras lo que ella le decía, que solo sus hijos a ella lo unían, pero entendía perfectamente que Sofía no le creyera, habían sido muchos años de engaños, por eso había firmado el divorcio resignado, ella también merecía ser feliz con otra persona a su lado.
Vendieron la casa en la que habían vivido tantos años juntos y cada uno tomó su camino, no había más nada que dividir, porque además de la casa no tenían nada que dividir, solo la tumba de su hijo, a la que nunca Roberto quiso visitar, sin saber nunca el motivo de ese desinterés por parte de el hacia el hijo de ambos, ella siempre pensó que Roberto había ocupado ese espacio con los hijos que después le llegaron.
El estaba muy arrepentido de su comportamiento y de haberle hecho tanto daño a Sofía, el la amaba profundamente, nunca pudo entender tanta inmadures de su parte, pero ya era muy tarde, no se podía revertir el daño.
Roberto fue a vivir con su madre (cosa que extrañó mucho a Sofía, pues pensaba que se iría a vivir con la madre de sus hijos).
Sofía estaba muy inestable emocionalmente, sufría de insomnio, comía poco y por las noches solo lloraba por Roberto, pero no quiso ir a un especialista, intentó conseguir trabajo pero no lo consiguió, a su edad ya era muy difícil hacerlo, pensaba, aunque solo tenía cuarenta y un años. Roberto la ayudaba económicamente al principio, pero al pasar el tiempo y debido a sus obligaciones con sus hijos y su madre, paulatinamente dejó de hacerlo, ella nunca le demostró que tenía necesidad...

Continuará...
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5/2/08

Una verdad dicha a tiempo

UNA VERDAD DICHA A TIEMPO
Por Edelly Peña 05/02/2008 3:08 p.m.


Hoy les quiero escribir sobre lo que significa para mí la infidelidad. Ese tema tan trillado, del que se habla tanto, pero del que aprendemos tan poco.
¿Por qué somos infieles? Bueno, este es un punto muy extenso porque hay diversidad de motivos del porque decidimos ser infieles, y digo decidimos, porque estoy convencida de que es una decisión que tomamos.La infidelidad ocurre cuando decidimos buscar en un tercero, lo que se supone deberíamos buscar en nuestra pareja. Muchas personas caen en la infidelidad porque no son felices en sus relaciones o no están satisfechos, ya sea por la monotonía o la rutina que le ha hecho perder el sabor a la relación. Otros buscan a través de ser infieles avivar la relación con su pareja, lo cual muy pocas veces o casi nunca funciona y se termina firmando el acta de divorcio o se ocasiona la ruptura de la relación. Muchos hombres son infieles porque necesitan demostrar que son capaces de conquistar a otras mujeres, lo hacen simplemente para satisfacer su ego, para llenarse ellos mismos. La mayoría de las mujeres que son infieles lo hacen porque sus maridos no les prestan atención, se sienten ignoradas o poco deseadas, son muy pocas las que lo hacen solo por sentir placer, aunque si hay casos y otro porcentaje de personas son infieles por diversión, por costumbre o por no quedar mal delante de los amigos (aunque suene absurdo la presión de los amigos influye mucho en algunas personas y aún más si éstas son inmaduras).
El error más común al que recurrimos en la mayoría de los casos cuando ya no estamos a gusto compartiendo ciertas características con nuestra pareja, es que no somos capaces de expresar, pedir o hacer lo que deseamos con nuestra pareja, muchas veces por miedo a ser rechazados, entonces comienza la desconfianza (o quizás siempre estuvo allí) y la verdad es que jamás le llegamos a comunicar las razones de nuestra insatisfacción y damos “por sentado” que no recibiremos de ella lo que tanto anhelamos (llámese: mejor sexo, más comunicación, más atención, más romance, más salidas, menos reclamos, etc.) sin siquiera haber intentado hablarlo, comentarlo o resolverlo. Hemos asumido automáticamente que nuestra pareja, ese hombre o mujer que esta a nuestro lado en todo momento, no sería capaz de hacer, decir o cambiar ciertas cosas para hacer que nos sintamos mejores y por ende sentirse mejores ellos mismos.
Algo que hay que destacar, es que una infidelidad sea cual sea el caso, es una traición y será tomada así por la persona que está siendo engañada, por eso una de las secuelas más delicadas dejadas por la infidelidad, es la ruptura de la confianza. Cuando tomamos la decisión de ser infieles, concedemos a esa relación pensamientos, sentimientos y comportamientos tan íntimos que hacen muchas veces que estas, al ser descubiertas se conviertan en relaciones imperdonables. Porque se supone o la mayoría de las personas suponemos que cuando dos personas se unen, es porque tienen cosas en común y porque buscan en esa unión, la estabilidad, el compromiso, el respeto y la armonía de vivir una vida juntos, llenos de amor, comprensión, complicidad y sobre todo de seguridad.
A algunas personas no les resulta nada fácil depositar su confianza en otra y cuando lo hacen quedan vulnerables y muy propensos a sufrir. Cuando se deteriora la confianza es casi imposible volver a rescatarla perfectamente porque es un trabajo duro que requiere de mucho tiempo y de acciones que demuestren que son dignos merecedores de que se vuelva a poner la misma en esas manos nuevamente(Si es que se decide perdonar la acción). En la gran mayoría de los casos, la infidelidad puede llegar a ser el origen de la ruptura del vínculo matrimonial, por ser la gota que derramó el vaso, otras veces es una simple excusa que llega perfecta, para romper la relación y en otros muy pocos casos fomenta la unión de la pareja.
Esa es mi opinión personal a manera general, pero con respecto al porque de las infidelidades opino que no deberían darse por ningún motivo. Particularmente pienso que cuando encontramos a esa persona que por ahora llamaré “ideal”, asumo que atinamos en ella características que no encontramos en ninguna otra, sentimos que podemos apoyar y ser apoyados, lo reconocemos como un cómplice porque comparte nuestra manera de pensar, nos acepta con nuestros errores y de igual manera nosotros hacemos lo propio, al llegar a ese nivel de definir que una persona es la “ideal”, depositamos en ella nuestra confianza, nuestro amor, nuestros secretos, sueños, y lo más importante es que esperamos que ella se comprometa, efectúe la parte que le corresponde y que sea lo más honesto que le sea posible.
Cuando se vive una situación tan complicada como lo es la infidelidad, solamente hay dos salidas: una, es huir del problema sin enfrentarlo y la otra es descubrir de que tamaño es el amor entre ambos, decidir perdonar y concluir que se dará la opotunidad para realizar un segundo intento, no es fácil, porque se requiere de tiempo y de un gran esfuerzo de la pareja, para que puedan lograr reconstruir y fortalecer nuevamente las bases del amor y así poder restablecer la confianza que se había perdido. Si usted está pasando por una infidelidad y decide tomar la segunda opción, les garantizo que recibirá galardones preciosos y el crecimiento en su pareja va a ser aún más grande. Pero si por el contrario piensa que no puede seguir, no debe sentirse culpable, debe hacer lo que usted crea que le va a ser sentir mejor como persona, ninguna persona merece ser engañada, para mí no hay ninguna razón, que pueda excusar una infidelidad, pero es decisión de cada una poner en una balanza el amor que se tiene y resolver si vale la pena o no perdonar, solo usted conoce a esa persona, y sabe si es capaz o no de volverlo hacer. Porque cuando nos arrepentimos de algo, significa que no lo vamos a volver a hacer jamás. Y ojo que no estoy diciendo que no podemos equivocarnos, solo digo que al hacerlo debemos aprender para no volver a caer en lo mismo en reiteradas oportunidades. Ya seas hombre o mujer, jamás olvide que eres una persona digna de respeto y consideración y cualquiera la opción que tomes debe primeramente hacerte sentir bien a ti mismo. Una última observación, solo recuerda algo muy importante antes de serle infiel a tu pareja, la infidelidad para quien engaña es un juego para logra elevar la adrenalina, pero para la persona que está siendo engañada, para ella tu solamente estás jugando con sus sentimientos y emociones. Piensa antes de poner en riesgo una relación y pregúntate si vale la pena y el por qué lo estás haciendo, piensa que si no puedes mostrarte tal cual eres ante tu pareja, sino puedes confesarle hasta tus más íntimas fantasías, sin sentir miedo, entonces ¿Cuál es la razón por la cual estas con esa persona? ¿No sería mejor sentarte a hablar con ella y decirle lo que sientes y quizás romper con esa relación que no te satisface? Es muy posible que ella pueda sentirse dolida, pero eso jamás se comparará con el dolor de sentirse traicionada o engañada o tal vez puedas lograr que ella o el recapaciten sobre lo que te ha estado molestando y puedan realizar cambios que serán beneficiosos para ti y para la relación, lo que jamás puede pasar bajo ninguna circunstancia es que te quedes callado o callada, ya que el silencio nunca resolvió ningún conflicto. Trata en lo posible de ser muy sincero porque a la final la verdad algún día saldrá a la luz y en este mundo todo se paga tarde o temprano, reflexiona y piensa si te gustaría que te lo hicieran a ti. Recuerda que “lo mismo que siembras eso mismo cosecharás”.
Yo prefiero una verdad dicha a tiempo que una mentira descubierta muy tarde.
Espero haya podido ayudarles.

Saludos cordiales

4/2/08

Carta a un amor desconocido

CARTA A UN AMOR DESCONOCIDO

Mi querido y muy esperado amor:

Primero que nada quiero presentarme, porque se que aunque me buscas con desesperación, aún no me conoces, ni me encuentras. Quiero que sepas que te espero con toda la incertidumbre y esperanza que mi corazón pueda tener, sueño con tu rostro, tus manos, tus ojos, pero todavía no he podido formar una imagen clara de ti, lo único que se con absoluta certeza, es que vendrás para amarme con honestidad y entrega, que entregarás todo tu ser, tu amor, tu vida solo para poder hacerme feliz, eso lo se. Y aunque no te voy a negar que a veces me impaciento, solo al saber lo que me darás cuando estés aquí, vale toda la espera, cada noche de insomnio, cada noche en soledad, cada lágrima derramada en el silencio de mi habitación.
Se que la vida te prepara para amarme, así como lo hizo conmigo, porque todo desconsuelo, todo desamor vivido, cada penetrante traición, cada falsedad que mis oídos escucharon y que mi corazón creyó, toda burla, todo abuso, cada tristeza, cada herida que marca mi corazón, fue ocasionada para poder reconocerte al llegar, y lo mismo pasa contigo, se que me buscas entre la multitud, se que me sueñas en la quietud de tu almohada, se que a veces te despiertas creyendo escuchar mi voz; y no te equivocas porque soy yo que a veces te llamo y el aire me complace y traslada mi voz muy cerca de ti, tan cerca que puedes percibirme.
Hoy te escribo para darte fuerzas, para que no pierdas la esperanza, para que sepas que te espero, paciente y confiada. Te escribo para darte algunas señales para que puedas descubrirme, se que estas muy cerca, tan cerca que muy pronto vendrás a buscarme, no tardes, no te detengas en el camino, no dejes que el destino te engañe, no te equivoques, no olvides que mientras vienes a mi, te ponen trampas, te sonríen las que engañan al corazón y lo embaucan, ya tu sabes como soy, no dejes que tu carne te altere, se constante, persevera, a los obstáculos esquiva, que yo mientras estoy haciendo lo mismo, me cierro a lo vano, y a lo pasajero y con ternura te espero.
Nuestro amor es autentico, y todos lo verán cuando tu al fin me encuentres, para llevarme contigo y nunca más dejarme, apresura tus pasos, acaba esta agonía de no estar entre tus brazos, solo te falta un poquito, corre a mi amor, que te espero,


Por siempre tuya,
Ese amor, que aunque desconocido, es verdadero.
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