11/3/15

Debajo de la cartera

Por Edelly J.


Con dos boletos en la mano, un combo para dos, de cotufas y  refrescos y además “él” a su lado, esa era sencillamente, la imagen de la cita perfecta. Ella no esperaba una cena cara en un restaurant de lujo, tampoco aguardaba flores, ni perfumes y mucho menos costosas joyas, ella era tan básica que ni siquiera concebía la idea de que él le regalara palabras bonitas, ni románticas; sabía muy dentro de ella que su estimación no era tanta para él (y en tal caso, para nadie).
Pero a pesar de todo y su bajo afecto por ella misma, divisaba el panorama realmente prometedor.
La había invitado a ver esa película que deseaba tanto ver, sin que se lo pidiera, simplemente se levantó de la cama y le dijo:
_ “Hoy iremos al cine para ver esa película que has esperado tanto”_.
Además del sexo, no hacían nada juntos, el salía con sus amiga, mientras ella solo esperaba que el la llamara para verse, siempre en su casa, jamás afuera.
_ “Quizás se abochorna de mí”_ lo excusó tantas veces. _ “¿Quién querría tenerla a ella a su lado para lucirla?_  Se decía mientras se miraba al espejo y observaba su protuberante estómago, sus senos caídos y sus muslos llenos de celulitis, que por supuesto no dejaba que el viera por nada del mundo, siempre se ocultaba detrás de grandes ropas, sábanas y toallas… sí ella se veía tan fea ¿Qué podía exigirle a su marido?
Una gran carcajada brotó de su garganta:
_ “Mi marido, jajajajajaja, quisiera yo”
Hace años se habían divorciado, pero persistía en ellos una extraña dependencia, (mucho mas de parte de ella), lo seguía amando y eso no lo podía negar, soñaba con sus besos de antaño, con sus caricias y con el amor de ayer, que hace rato ya no estaba en el hoy y lo mas probable era que no estuviera tampoco en su mañana. Pero seguía soñando y creando a su alrededor un mundo totalmente paralelo a la realidad. El en cambio, la aceptaba mas que todo, por ayudarla, siempre le gustó ser de apoyo para ella, quizás eso le hacía sentir importante y benévolo, quien sabe si de esta manera ganaba puntos en el mas allá, cuando partiera de esta tierra.
Y así ya llevaban siete largos años divorciados, pero juntos en algunas ocasiones, cada quien en su casa, en permanente contacto telefónico. Cada quien en su casa, pero a la vez atados el uno del otro…
El tiquete decía asientos F6 y F7, eso de seguro quería decir si corría con suerte que iban a estar sentados uno al lado del otro.
No podía controlar lo que en su estómago ocurría, era una batalla, un torbellino de candelillas haciendo una gran fiesta.
_ “Pero eso era normal, cuando uno anda enamorado siente aún mucho más que eso”_ pensó.
Ya la película había empezado hace un rato, por la demora mientras compraban las cotufas. Se acomodaron en sus respectivos asientos F6 y F7, tal cual decía el tiquete, los cuales ella había conservado para recuerdos futuros.
_ “Tonterías”_  recapacitó, al pasar cerca de una papelera, intentando botarlos, pero titubeó _“Sí, es cierto, soy una tonta”_ sonreía, mientras los guardaba celosamente en su cartera, que es a su vez, la gran protagonista de esta historia.
Al cabo de unos minutos sintió como poco a poco el clima iba bajando en la sala, mientras observaba las escenas iniciales de la cinta, rumió en su interior con la idea de decirle que tenía frío, quizás él, le tomaría las manos y se propondría calentarlas  con las suyas o posiblemente pasaría su brazo por encima de sus hombros y se la acercaría a su pecho, eso sería mucho mejor.
Sí, lo intentaría, agarró un puñado de cotufas y se las metió en la boca, tragó con desespero, tomó el vaso de refresco y bebió de la pajilla y sin pensarlo mas le dijo:
_“Tengo mucho frío”_
No quiso ni mirarlo al pronunciar las palabras, el corazón dentro de ella estaba impaciente y casi se le salía del pecho, pero la respuesta no era lo que esperaba.
Casi implacable y con además una fabulosa sonrisa en su rostro se volteó a mirarla mientras impasiblemente respondió:
_”Mete las manos debajo de tu cartera, para que te las calientes”_ Y sin mas siguió viendo la película.
Fue entonces cuando la realidad la impregnó en todo su ser, sintió como un trancazo seco y estruendoso en todas sus costillas, dejando las mismas hechas polvo dentro de su torso, igualmente sintió como se le filtraba el frío del aire acondicionado en cada parte de su cuerpo, tiritaba del frío.
No quiso ni mirar, conjeturando que él hubiera podido escuchar los ecos de sus pensamientos y se sintió avergonzada, muy abochornada de que él se burlara de tan estúpida ocurrencia de su parte.
Ella era solo una amiga para él, una amiga y nada más, (con derechos pero una amiga al fin y al cabo), la había invitado, así como lo había hecho tantas veces anteriores con sus otras amigas.
Pero ese amor que sentía desde hacía tantos años por el, a veces la traicionaba y la ilusión la hacía ver cosas donde en realidad no había nada.
La película le dio la excusa perfecta para llorar mientras fingía mirarla, con cuidado enjugaba sus lágrimas y en cada gota de llanto que se habría paso a través de sus mejillas se le escabullían las esperanzas, ilusiones y sus anhelos más recónditos.
“Mete tus manos debajo de tu cartera” recapituló, mientras intentó hacerlo, pero allí entre sus piernas y la cartera, no encontró el calor que precisaba.
Sus manos continuaban heladas, así como sus piernas, sus brazos, sus orejas, su nariz  e intentaba que ese mismo frío le congelara el corazón.
Sin embargo ella seguía inerte, testaruda, inconmovible en su decisión de amarlo, a pesar de no recibir siquiera una simple quimera como trueque.
Salió de la sala, tratando de disimular su malquerencia, quería llorar, pero no delante de su presencia, sentía un enorme nudo en su garganta y la tristeza, no la dejaba mirarlo a la cara.
_ “¿Pasa algo cariño?_ le preguntó el extrañando de su silencio.
_ “¿Que si me pasa algo? ¡¡¡¡Claro que me pasa algo!!! Tu no me amas, ¿Acaso te parece poco?”_ Pensó en responderle pero no lo hizo, esa respuesta solo se paseó por su mente.
_ “No, no pasa nada, todo está bien”_ le respondió, mientras le regalaba una muy bien forzada sonrisa. Esa fue su respuesta, la misma de tantas preguntas similares en tantos años,  la idéntica respuesta cada día, cada semana, cada mes y cada año.
Contestación que el jamás se creía, pero que era mas fácil de afrontar que el cúmulo de cosas que sabía que había detrás de la posible verdad, así que ¿Para qué molestarse en persistir en saber algo que no quería saber y ella no “quería” decir?
_ “Ok, si tu lo dices…”_ fue su pasiva y cómoda refutación. Ella solo le dio una palmada en su espalda y esto puso fin a la reyerta displicente, se subieron a la camioneta en silencio, luego en el tren que los llevaría cada cual por su camino.
Cuando faltaba una estación para ella bajarse, apenas pudo susurrarle:
_ “Gracias por invitarme al cine hoy, la pasé bien”_
_ “¿Era la película que querías ver no? ¿Te gustó?” Preguntó

_ “Si, gracias, me gustó mucho”_ Y se despidió con un simple adiós, pero el se la acercó y la abrazó, pero ella no pudo responder a ese abrazo.

Miedo

Por Edelly J.


Tengo miedo de que al acostarme una noche cierre mis ojos y ya no pueda verte.
Miedo de dormirme y no soñarte, miedo de que al llegar el alba me de cuenta de que ya mi cuerpo no te desea como antes.
Me acobarda  reanudar mi aventura por la vida, sin tenerte y a pesar de ello no llorar y ser feliz.

No quiero que un día te des cuenta de que existo y que yo, no esté para ti.

Las cosas que extraño

Por Edelly J.


         Hay cosas que pasan en nuestras vidas que al pasar el tiempo se vuelven parte de nuestro ser, cosas que olemos, que sentimos, que miramos, que sentimos y que al solo recordarlas…extrañamos.
Muchas de las cosas que extraño, me recuerdan a ti.
Dieciséis años y la cuenta continúa cada día y cada día suma y suma semanas y las semanas suman meses y los meses suman años, que me dicen que mi amor por ti no mengua con el tiempo, sino que se incrementa.
Hermosos recuerdos, tan hermosos que automáticamente los malos dejan de existir.
Me encanta tu boca y todo lo que ella representa como tus palabras, tu sonrisa y sobre todas las cosas tus besos…si…tus besos me perturban, me transportan en un tornado de sensaciones…que se desvían a mitad de camino…y espero que aún entiendas lo que eso significa.
Uno de los besos que extraño, es el que me dabas antes de irte a trabajar cada mañana y para el cual me despertabas, ESE beso es el que más extraño de todos, hacerme regresar de un sueño profundo de esa manera era casi glorioso, abrir mis ojos y ver esa mirada y esa sonrisa era como estar en el cielo y al darme ese beso me abrazabas y ese abrazo se prolongaba tanto que te hacía quitarte la ropa y me hacías el amor antes de irte, te vestías rápidamente…se te hacía tarde para ir trabajar…dejándome ese agradable olor a ti durante las horas hasta que tomara una ducha…me gustaba la sensación que me dejaba hacer el amor antes de irte, era como tenerte cerca durante el día, deseando con todo mi ser tu regreso, aunque estabas lejos. Y allí me dejabas en cama retomando mi sueño nuevamente, extasiada y con ganas de que regresaras pronto a casa.
El sonido del timbre del teléfono volvía a despertarme a las siete y treinta de la mañana y era tu voz lo que oía aún medio dormida, tú y sólo tú tienes el privilegio de despertarme de esas maneras; el beso y la llamada.
Esas llamadas son la segunda cosa que extraño de ti. Escuchar tu voz del otro lado de la línea, me daba la seguridad de que aunque te ibas, siempre estarías a mi lado…siempre que yo te necesitara estarías al otro lado, muchas veces en el día recibía esas llamadas, que me hacían sentir especial para ti, pues aunque estabas trabajando, ocupado en tus cosas, siempre había un momento para decirme lo mucho que me extrañabas a pesar de haber hablado conmigo hace unas pocas horas.
Había ocasiones en que el deseo del uno por otro era tan apremiador, que las llamadas se tornaban más ardientes y nos decíamos  cuanto nos deseábamos y lo que nos haríamos, mientras nos llegaba la noche para poder tocarnos y amarnos otra vez. Extraño esas llamadas…
De ti extraño todo…extraño tu manera tan única de tocarme, de besar mi cuerpo en cada centímetro de él. No había espacio de mi piel que tus labios no conocieran, pero cuando te deslizabas por mi cuello y espalda encontrando la parte mas débil de él, me hacías estremecer, pero en ti no había apuro alguno, me quitabas el cabello del cuello y me descubrías mientras me hacías arder en el deseo más vehemente, que mi cuerpo podía expresar, mi espalda y mi cuello eran antes de ti un territorio inexplorado y yo misma ignoraba el placer que podían darme en complicidad con tu boca y tus manos.
Nunca antes y nuca después nadie me hizo sentir de esa manera.
Estar en la cocina (en la cual no entrabas nunca) y verte llegar sigiloso por detrás de mi, para agarrarme mis senos por debajo de mi camisa mientras jugueteabas con mi cuello, hacía que soltara todo lo que tenía en mis manos y paralizara todo lo que estaba haciendo para poder concentrarme en tu boca y en tus manos…Dioooos, que delicia tan indescriptible, me hacías humedecer mas rápido ¡¡¡¡¡que cuando entraba a bañarme!!!!! Tienes esa cualidad de encender mi cuerpo rápidamente. Sentirte contra mi espalda y apreciarte tan duro me hacía extraviarme en ti, sentir como me bajabas los pantalones mientras yo inclinaba mi cuerpo para recibirte ansiosa dentro de mí; percibir tu entrar y salir mientras me escuchaba a mi misma jadeante de placer y advertir como te acercabas, hacía que mi orgasmo se sincronizara con el tuyo para ambos entregarnos a la sensación mas delirante que jamás sentí en mi vida.
Ese encontrarnos en la misma espacio, en el mismo segundo, esa simultaneidad tan perfecta en nuestros orgasmos…eso extraño de ti.
Espero que ahora entiendas ese recordarte incesante, ese extrañarte perpetuo, ese pensarte a diario, ese desearte continuo, ese impulso por escribirte, ese anhelo de escucharte, ese avidez por sentirte, esa ambición de obtener tus caricias, ese apetito por besarte, esa concupiscencia por tu cuerpo, ese vicio de ti, esa agonía por tu ausencia, esa desazón por no tenerte,  ese afán por cuidarte, esas ansias por verte, ese empeño en amarte y esa esperanza de que vuelvas a amarme.
 ¿Es que no te has dado cuenta de que eres tú sólo el culpable, de que yo no pueda olvidarte?

Tú resurges de mi mente sin tener mi aprobación, persistes testarudo en subsistir, cada día me arrinconan tus ojos, gritándome que no te deje, cada segundo me persiguen tus besos y tu amor me asedia por los rincones, para que no lo olvide. Tú me haces amarte, tú me haces desearte, tú me dices incesante que no te deje extraviarte...

18/9/13

Amor y sacrificio

Por Edelly J.


Allí está ella una vez más, rodeada de silencios y de soledades; una vez más, pensándolo a gritos.
Allí lo espera, reposada; a que se pregunte, a que se dé cuenta de que existe.
Pero no, no hay respuestas, no hay siquiera objeciones.
No hay nada, solo un estruendoso silencio y sonidos mudos, que aunque salen, no pueden escucharse.
Allí está ella a su lado, mientras el huye, amedrentado por el deseo que tiene de aferrarse a él.
No quiere tocarla, ni sentirla, ni siquiera quiere verla a los ojos, porque sabe que sus pupilas delatarían su indiferencia.
Él está allí también, aunque su mente, su deseo, su amor, hace rato se ha mudado.
De ella, sale un lamento austero, ante la intrepidez de amarlo tanto, sabiendo que ya no era retribuida.
Su amor, se había agotado, extinguido, durante el transcurrir del tiempo y hace mucho, ella se había dado cuenta.
Pero guardó silencio para ver si podía retenerlo solo con su amor, pero fue inútil, sentía como se escapaba irremediablemente, como agua entre sus dedos.
Ella solo sentía su cuerpo desapareciendo ante sus manos y su boca abandonando sus besos, es su mente dispersar ante sus suplicas silentes.
Ella está allí, desecha, sin que él se dé cuenta, sin que lo sienta, sin que lo vea, porque no le afecta, nunca lo ha inquietado.
Y sigue allí, como siempre, vacía, desierta, deshabitada, abandonada, desértica y solitaria, como la luna en la inmensidad del cielo, rodeada de estrellas, pero íngrima…así como ella esperando a que él vuelva a quererla.
Y es esa pretensión oculta, la que la hace sufrir en completa mudez, esperando que un día, él, se dé cuenta de que la fue dejando hecha despojos en el camino,  ella espera a que él se de vuelta y encuentre sus ojos tristes, llenos de melancolía, esperando su regreso.
Pero cada día esa posibilidad se hace remota. Lejana como el sol de la luna, que nunca podrán coincidir.
Ella luna y el sol, habitando en rincones y lapsos discordantes, sin posibilidad de que en un punto intermedio puedan hallarse.
Cuando el amor se acaba, no hay costumbre que pueda aguantar la compañía impuesta, pues cansa, asquea, aburre, molesta, enoja, incomoda y enfada.
Hoy allí en silencio ella piensa despejar la puerta en donde ha estado, para no dejarlo irse.
Hoy con eufemismo, ella ha decidido darle la libertad.
Hoy, ella empaca y se va…para siempre…quiere verlo sonreír, quiere verlo vivir…si…porque aunque él respira…estando a su lado ha dejado de existir.
No tuvo las fuerzas para verlo a la cara, no tuvo el valor para enfrentar sus demandas, él jamás sabría, que ella se había dado cuenta, que el por ella ya no sentía amor.
Solo una pequeña y fría nota, nada más, solo eso dejó.

“Me voy amor y ya no vuelvo, se feliz, así como lo seré yo. Ya no te amo…y por eso me marcho…para poder averiguar mi camino, para poder  descubrir un nuevo amor”

Y así huyó de su amor, en silencio, así como transcurrió su vida, sin bullicios, sin escándalos, sin  desenfrenos.
Y ese día también murió en vida…ese día en que perdió las fuerzas y el valor para verlo a la cara y despedirse, ese día, dejó de respirar (aunque todavía deambulaba por la vida). La melancolía se apoderó de su ser, la llenó hasta los huesos, ya no era nada sin él.
Pero fue feliz por un momento.
Aquel instante en que oculta entre la gente lo escuchó reír nuevamente, de la mano de una mujer, mucho más joven que ella.
Sonrió a pesar de que las lágrimas inundaban sus mejillas, sonrió mientras se giraba para seguir su andar…su sacrificio había valido la pena…al fin él era feliz…
La enterraron a la mañana siguiente, era un día sereno, hermoso y cálido…como ella; allí entre árboles y flores; sin dolientes, ni lastimeros llantos, solo el canto de las aves, que se ocultaban tímidas en las espesuras de las arboledas.
Y así siguió sola y en silencio, en aquel sitio donde reposaba su cuerpo inerte, frío y mudo.
Sola e íngrima como la luna, a pesar de estar rodeada de estrellas…sola y en silencio.
Y el sol…jamás se dio cuenta…

21/04/2013
10:27 pm
 

Te elijo a ti

Por Edelly J.




Difícil se me ha puesta la vida desde que te conocí.
Mi dulce ángel que llegaste para hacerme sonreír,
tu retorno, iluminó mi triste alma desecha.
Me hiciste feliz, muy feliz en tan poco tiempo.

Fui feliz… pero tan brevemente, pues debo soltar
 lo que me hace sonreír y estar alegre.
Para no pecar contra Aquel que entregó a su hijo por mí.
Dura es esta prueba para poder soportarla, me pregunto:
¿Hasta cuándo he de sufrir? ¿Hasta cuándo he de llorar?
¿Hasta Cuándo he de perder?
No puedo, no, no quiero hacerlo…abandonar una vez más…

¿Por qué no me hiciste ángel en vez de humana?
¿O ave o mar o roca?
Para que así, este mi cuerpo mortal y pecador,
no quisiera avanzar cuando debe detenerse…
Debo escapar, huir, correr; para así poder mi alma preservar.
Si ésta vez me desplomo, ella perece.

¡Oh mi Dios que lo sabes todo! ¿Acaso no sabías que iba a desearle?
No hubiese sido más fácil (digo, para mí, claro está)
No haber visto esos ojos y más aún no haber besado esa boca
que es causante de este mi dolor por no poder tenerla?
¡Oh!, ¡Manos insensatas que tuvieron la osadía de acariciar su rostro,
haciendo cerrar esos ojos, con su dulce tacto!

Pérdida estoy y sin salida, pues me atrapó su aliento,
Cruel recuerdo de ése beso robado, que se convirtió en regalo cuando mis ojos cerré.
Cruel destino el mío…ya que una vez quise… pero no me quisieron
Una vez me quisieron, pero yo no quise.
Y ahora se turba mi alma porque cuando quiero y me quieren
Ese amor llega tantos años tarde o quizás antes, de lo que debió haber llegado.

Dime Dios que tan bueno eres y me amas tanto que a tu hijo diste por mí,
¿Por qué me pones en éste dilema de escoger entre Tú amor y su amor?
¿No sabes tú, que sin ti, yo me muero y llego a ser como la nada?
¿Y sin él mi alma desfallece en soledad y tristeza?

Nadie más que Tú me conoces, ¿A dónde huiré de ti?
No hay lugar en donde tus ojos no se posen,
ni corazón que tu pensamiento no traspase.
Pobre de mí, ser tan humano, tan mortal, tan insignificante sin ti.
Dime ¿Cómo hago para no elegirte a ti, mi Dios tan amado?
Si el sacrificio que me diste es imposible de superar.
¿Cómo compite ese pobre mortal con Ser tan Supremo?
Su batalla de una vez está perdida.
Imposible debatir o contender, pues Tú lo sabes todo, ya antes que pase.
Te elijo a ti, Padre…te elijo a ti.

¿Cómo podría no darte esto que me pides?
Allí está, te lo entrego, sobre rocas lo coloco
y lo baño con el aceite de mis lágrimas, como libación a ti.
Te sacrifico mi amor, mi risa, mi deseo.
Allí está ante ti. 

Tómalo y has que descienda fuego del cielo y lo consuma
Y que a su vez ese mismo fuego me consuma a mí.
Hasta no sentir deseos de esa boca, de ese amor.
De esa vida que llegó a la mía demasiado tarde o demasiado pronto, quizás,
Para poder ser agradables a ti.

 Porque prefiero perderlo todo, antes que por no poder contenerme, pueda yo perderte a ti


23/1/13

Migajas

Por Edelly J.



¿Qué tiene el piso donde ofreces tus migajas?
¿Que tontamente en hinojos me doblegas?
¿O los despojos de amor que con desdén me legas?
Como si fuera un festín que con tus manos ajas.

¿Por qué persisto en sojuzgar mi arrojo,
para esclavizarme a esta pasión incierta?
Que solo a mi corazón deja en despojos
Transitando la vida como si estuviera muerta

Y ando por allí con este fatal encantamiento
Como si ese amor provisto en tasadas migajas
Fueran viandas repletas del manjar más suculento
Cuando a sucumbir de  amor sin piedad me rebajas

Aquí concluye este padecimiento y tanta inclemencia
Hoy purifico mi conciencia con mucha entereza
Me harté de arrastrarme, ya no opongo resistencia
Hoy me lavo la cara y feliz, me siento a la mesa.

 

6/1/13

Me gusta

Por Edelly J.

Me gusta pensar que me piensas

Me gusta creer que me amas

Porque el pensar así, me da fuerzas

Porque al creer que me amas me alientas.


Me gusta imaginar que me besas

Me gusta al cerrar mis ojos, buscarte

Porque al imaginar tus besos te siento

Porque al cerrar mis ojos puedo encontrarte.


Por eso amor regálame una sonrisa,

que traiga en vez de lazo, un gran beso

Por eso amor regálame una mirada

que extraiga de mi todo este peso.


De tantas cosas, que de ti me gustan

pero que aún yo no tengo.



Chico Guapo

Por Edelly J.

¿Cuántas veces no quiso que la amaras?
Pero esa pretensión le fue arrebatada aún antes de concebirse en su lucidez.
Fue solo una ilusión, un delirio, una fugaz utopía, de su aventurero corazón.
Que fue tan imposible de poder tomar entre esas manos, era como querer tocar el sol sin calcinarse entre sus implacables brasas.
Pero la culpable de ese arrebato en ella, fue aquella sonrisa que advirtió extasiada desde aquel lugar en donde desde sus deslumbramientos te esperaban.
Si…esa sonrisa tan amplia, tan blanca y tan tuya…
…ella y nadie más, ella, es la culpable de ese amor que quisiera trasplantar en ti…
…ella, sí, ella y esa boca tuya que la subyuga con su encanto.
¿Por qué esa misma boca que atrajo hacia ella tu atención, no le concede la gracia de que te enamores perdidamente?
¿O es acaso una invocación tan inverosímil como para ser otorgada?
Te escapas aún delante de sus ojos para verte a hurtadillas con doncellas que jamás te amarán con la misma intensidad.
Te rodea de ellas, para sentirte deseado y así poder profesar que eres capaz de despertar en tan desventurados brazos, lo que hace tiempo has incitado en ella.
Pero te es etérea, ya que tus sentidos, no pueden distinguirla entre tantas sonrisas que te envuelven, entre tantas voces que te llaman.
La angustia la abruma, la tristeza la apresa, pero ni aún sus esfuerzos más bizarros, logran disipar esas lágrimas amargas.
Quisiera entre sus sollozos poder atravesar tu implacable indiferencia y fundarse decidida frente a ti, para decirte que sin ella estás perdido, que es a ella a quien buscas con desesperación entre tus sueños…pero no puede, se acobarda.
 Porque simplemente tú ambicionas, juventud, belleza y delgadez;
Tres virtudes que hace tiempo desertaron sin aspavientos de su vida.
¿Acaso ignoras tú, chico guapo, que esa belleza que hoy aflora en tu piel, mañana también desistirá de ti?
Si, al igual que la de todas las doncellas con que te rodearás hoy y mañana y pasado…
¿Cuándo aprenderás a encontrar los tesoros velados en tu corazón?
Pero conociendo que el amor se concede abiertamente a quien lo busca y que sin recelo por doquier ella lo ha buscado, es posible que entre la bruma de su desilusión, él logre encontrarla para dibujar en esa apacible cara, desgastada por la añoranza y llena de arrugas en torno a sus ojos por la usanza de tantos años, la risa tan celosamente anhelada.
Porque al amor, poco le importa, si se es joven o viejo, si se es delgado o pesado, alto o bajo, moreno o rubio, hermoso o poco agraciado, para conferirse a quien le busca.
El amor no necesitas de ojos para mirar la hermosura de las personas, porque para el la belleza está en el ser mismo, en su esencia y no  en la superficialidad de la piel, que poco dura en el tiempo; él se fija en lo que permanece y en lo que se eterniza. Porque el amor es eterno en el espacio y va mas allá de los surcos que dejan los años en el rostro, y en el cuerpo ya no tan firme y esbelto.
Eso es el amor.
Quizás por eso, para ella eres un chico guapo…
…a pesar de no ser tan chico, ni tampoco tan gallardo…
 Es solo que el amor que le llena te idealiza, te cubre, te perdona y se calla…

30/12/2012
2:56 pm

17/8/11

Mi barrio está de luto


Por Edelly J.


Hoy se viste de luto otro hogar en mi barrio; otra familia llena de dolor; otra madre y otro padre que se quedaron sin un hijo; otros hermanos que perdieron un hermano, otra abuela llena con el sufrimiento de la perdida, tíos, primos, sobrinos, vecinos y amigos, que desaprovecharan la oportunidad de amar a alguien especial para ellos.
Hoy mi barrio se tiñó de rojo una vez más… con la sangre de otro joven que deja este mundo sin haber logrado vivirlo, quedando así otros sueños sin cumplirse, otros hijos que no lograran nacer, un titulo que no será obtenido…todo se queda a medias en esta vida que se apaga sin sentido.
Hoy lloro un dolor que aunque no me pertenece es de otra mujer que es madre como yo, y eso es suficiente para mí, hoy lloro un hijo que no es mío, pero en el, veo a los hijos que yo misma parí, hoy se me desgarra el alma una vez más de ver con impotencia, tanta maldad y desprecio por la vida de otra persona.
Si tan solo nuestros retoños lograran entender, que la perdida de un hijo no hay quien la suplante, que la perdida de un hijo te desgarra el alma y aunque continuas viviendo ya no vives sino que mal vives en la vida, así tengas diez hijos, cuando pierdes uno, ese vacio no lo llenan los otros nueve, cada hijo es único e insustituible. Si tan solo ellos lo lograran entender, habría muchas menos madres en el cementerio o en la cárcel.
Si tan solo lo lograran entender, no habría tantas muertes en mi barrio…
Hoy mi barrio se tiñó de rojo sangre y de negro luto, hoy mi barrio esta en silencio, solo se escuchan los murmullos y lamentablemente cuando escuchemos otros tiros quizás en medio de la noche o a mitad del día, vayamos a revisar la habitación de nuestros hijos para cerciorarnos que están en casa sanos y salvos un día más y en silencio pensaremos al mirar a través de las ventanas… ¿A que madre le tocará ahora llorar?
Si tan solo los hijos lograran entender…de seguro estudiarían, trabajaran, vivieran más, pues respetarían más.
Pero no entenderán, hasta ese día que tengas a sus hijos propios, esos que a su vez lagrimas les sacaran, entonces lo discernirán y dirán “oh mi pobre madre, cuanto la hice sufrir”…pero…eso será si es que logran vivir lo suficiente, para ser papás…
Porque a los padres no nos importa si el hijo es bueno o es malo, a los padres solo les importa que son hijos…y nada mas.
También he sido testigo de tantas madres y padres que ven a sus hijos ir a la iglesia y de allí los han sacado, se avergüenzan del Dios vivo, de ese mismo Dios que es el único que podría librarlos de tanta maldad, prefieren a sus hijos perdidos en el mundo, drogándose, bebiendo alcohol que recibiendo de la palabra de Dios, es triste e incomprensible…porque después cuando el hijo no está, le reclaman a ese mismo Dios por habérselos llevado, Dios no se lleva a nadie, es Satanás quien gana esa vida, es satanás quien llena esos corazones de odio y resentimiento, es satanás quien se alegra porque un joven menos este en este barrio…