11/3/15

Las cosas que extraño

Por Edelly J.


         Hay cosas que pasan en nuestras vidas que al pasar el tiempo se vuelven parte de nuestro ser, cosas que olemos, que sentimos, que miramos, que sentimos y que al solo recordarlas…extrañamos.
Muchas de las cosas que extraño, me recuerdan a ti.
Dieciséis años y la cuenta continúa cada día y cada día suma y suma semanas y las semanas suman meses y los meses suman años, que me dicen que mi amor por ti no mengua con el tiempo, sino que se incrementa.
Hermosos recuerdos, tan hermosos que automáticamente los malos dejan de existir.
Me encanta tu boca y todo lo que ella representa como tus palabras, tu sonrisa y sobre todas las cosas tus besos…si…tus besos me perturban, me transportan en un tornado de sensaciones…que se desvían a mitad de camino…y espero que aún entiendas lo que eso significa.
Uno de los besos que extraño, es el que me dabas antes de irte a trabajar cada mañana y para el cual me despertabas, ESE beso es el que más extraño de todos, hacerme regresar de un sueño profundo de esa manera era casi glorioso, abrir mis ojos y ver esa mirada y esa sonrisa era como estar en el cielo y al darme ese beso me abrazabas y ese abrazo se prolongaba tanto que te hacía quitarte la ropa y me hacías el amor antes de irte, te vestías rápidamente…se te hacía tarde para ir trabajar…dejándome ese agradable olor a ti durante las horas hasta que tomara una ducha…me gustaba la sensación que me dejaba hacer el amor antes de irte, era como tenerte cerca durante el día, deseando con todo mi ser tu regreso, aunque estabas lejos. Y allí me dejabas en cama retomando mi sueño nuevamente, extasiada y con ganas de que regresaras pronto a casa.
El sonido del timbre del teléfono volvía a despertarme a las siete y treinta de la mañana y era tu voz lo que oía aún medio dormida, tú y sólo tú tienes el privilegio de despertarme de esas maneras; el beso y la llamada.
Esas llamadas son la segunda cosa que extraño de ti. Escuchar tu voz del otro lado de la línea, me daba la seguridad de que aunque te ibas, siempre estarías a mi lado…siempre que yo te necesitara estarías al otro lado, muchas veces en el día recibía esas llamadas, que me hacían sentir especial para ti, pues aunque estabas trabajando, ocupado en tus cosas, siempre había un momento para decirme lo mucho que me extrañabas a pesar de haber hablado conmigo hace unas pocas horas.
Había ocasiones en que el deseo del uno por otro era tan apremiador, que las llamadas se tornaban más ardientes y nos decíamos  cuanto nos deseábamos y lo que nos haríamos, mientras nos llegaba la noche para poder tocarnos y amarnos otra vez. Extraño esas llamadas…
De ti extraño todo…extraño tu manera tan única de tocarme, de besar mi cuerpo en cada centímetro de él. No había espacio de mi piel que tus labios no conocieran, pero cuando te deslizabas por mi cuello y espalda encontrando la parte mas débil de él, me hacías estremecer, pero en ti no había apuro alguno, me quitabas el cabello del cuello y me descubrías mientras me hacías arder en el deseo más vehemente, que mi cuerpo podía expresar, mi espalda y mi cuello eran antes de ti un territorio inexplorado y yo misma ignoraba el placer que podían darme en complicidad con tu boca y tus manos.
Nunca antes y nuca después nadie me hizo sentir de esa manera.
Estar en la cocina (en la cual no entrabas nunca) y verte llegar sigiloso por detrás de mi, para agarrarme mis senos por debajo de mi camisa mientras jugueteabas con mi cuello, hacía que soltara todo lo que tenía en mis manos y paralizara todo lo que estaba haciendo para poder concentrarme en tu boca y en tus manos…Dioooos, que delicia tan indescriptible, me hacías humedecer mas rápido ¡¡¡¡¡que cuando entraba a bañarme!!!!! Tienes esa cualidad de encender mi cuerpo rápidamente. Sentirte contra mi espalda y apreciarte tan duro me hacía extraviarme en ti, sentir como me bajabas los pantalones mientras yo inclinaba mi cuerpo para recibirte ansiosa dentro de mí; percibir tu entrar y salir mientras me escuchaba a mi misma jadeante de placer y advertir como te acercabas, hacía que mi orgasmo se sincronizara con el tuyo para ambos entregarnos a la sensación mas delirante que jamás sentí en mi vida.
Ese encontrarnos en la misma espacio, en el mismo segundo, esa simultaneidad tan perfecta en nuestros orgasmos…eso extraño de ti.
Espero que ahora entiendas ese recordarte incesante, ese extrañarte perpetuo, ese pensarte a diario, ese desearte continuo, ese impulso por escribirte, ese anhelo de escucharte, ese avidez por sentirte, esa ambición de obtener tus caricias, ese apetito por besarte, esa concupiscencia por tu cuerpo, ese vicio de ti, esa agonía por tu ausencia, esa desazón por no tenerte,  ese afán por cuidarte, esas ansias por verte, ese empeño en amarte y esa esperanza de que vuelvas a amarme.
 ¿Es que no te has dado cuenta de que eres tú sólo el culpable, de que yo no pueda olvidarte?

Tú resurges de mi mente sin tener mi aprobación, persistes testarudo en subsistir, cada día me arrinconan tus ojos, gritándome que no te deje, cada segundo me persiguen tus besos y tu amor me asedia por los rincones, para que no lo olvide. Tú me haces amarte, tú me haces desearte, tú me dices incesante que no te deje extraviarte...

No hay comentarios.: