Hay cosas que pasan en nuestras vidas que al pasar el
tiempo se vuelven parte de nuestro ser, cosas que olemos, que sentimos, que
miramos, que sentimos y que al solo recordarlas…extrañamos.
Muchas de las cosas que extraño, me recuerdan a ti.
Dieciséis años y la cuenta continúa cada día y cada día suma
y suma semanas y las semanas suman meses y los meses suman años, que me dicen
que mi amor por ti no mengua con el tiempo, sino que se incrementa.
Hermosos recuerdos, tan hermosos que automáticamente los
malos dejan de existir.
Me encanta tu boca y todo lo que ella representa como
tus palabras, tu sonrisa y sobre todas las cosas tus besos…si…tus besos me
perturban, me transportan en un tornado de sensaciones…que se desvían a mitad de
camino…y espero que aún entiendas lo que eso significa.
Uno de los besos que extraño, es el que me dabas antes
de irte a trabajar cada mañana y para el cual me despertabas, ESE beso es el
que más extraño de todos, hacerme regresar de un sueño profundo de esa manera
era casi glorioso, abrir mis ojos y ver esa mirada y esa sonrisa era como estar
en el cielo y al darme ese beso me abrazabas y ese abrazo se prolongaba tanto
que te hacía quitarte la ropa y me hacías el amor antes de irte, te vestías
rápidamente…se te hacía tarde para ir trabajar…dejándome ese agradable olor a
ti durante las horas hasta que tomara una ducha…me gustaba la sensación que me
dejaba hacer el amor antes de irte, era como tenerte cerca durante el día, deseando
con todo mi ser tu regreso, aunque estabas lejos. Y allí me dejabas en cama
retomando mi sueño nuevamente, extasiada y con ganas de que regresaras pronto a
casa.
El sonido del timbre del teléfono volvía a despertarme a
las siete y treinta de la mañana y era tu voz lo que oía aún medio dormida, tú
y sólo tú tienes el privilegio de despertarme de esas maneras; el beso y la
llamada.
Esas llamadas son la segunda cosa que extraño de ti.
Escuchar tu voz del otro lado de la línea, me daba la seguridad de que aunque
te ibas, siempre estarías a mi lado…siempre que yo te necesitara estarías al
otro lado, muchas veces en el día recibía esas llamadas, que me hacían sentir
especial para ti, pues aunque estabas trabajando, ocupado en tus cosas, siempre
había un momento para decirme lo mucho que me extrañabas a pesar de haber
hablado conmigo hace unas pocas horas.
Había ocasiones en que el deseo del uno por otro era tan
apremiador, que las llamadas se tornaban más ardientes y nos decíamos cuanto nos deseábamos y lo que nos haríamos, mientras
nos llegaba la noche para poder tocarnos y amarnos otra vez. Extraño esas
llamadas…
De ti extraño todo…extraño tu manera tan única de
tocarme, de besar mi cuerpo en cada centímetro de él. No había espacio de mi
piel que tus labios no conocieran, pero cuando te deslizabas por mi cuello y
espalda encontrando la parte mas débil de él, me hacías estremecer, pero en ti
no había apuro alguno, me quitabas el cabello del cuello y me descubrías
mientras me hacías arder en el deseo más vehemente, que mi cuerpo podía
expresar, mi espalda y mi cuello eran antes de ti un territorio inexplorado y yo
misma ignoraba el placer que podían darme en complicidad con tu boca y tus
manos.
Nunca antes y nuca después nadie me hizo sentir de esa
manera.
Estar en la cocina (en la cual no entrabas nunca) y
verte llegar sigiloso por detrás de mi, para agarrarme mis senos por debajo de
mi camisa mientras jugueteabas con mi cuello, hacía que soltara todo lo que
tenía en mis manos y paralizara todo lo que estaba haciendo para poder
concentrarme en tu boca y en tus manos…Dioooos, que delicia tan indescriptible,
me hacías humedecer mas rápido ¡¡¡¡¡que cuando entraba a bañarme!!!!! Tienes
esa cualidad de encender mi cuerpo rápidamente. Sentirte contra mi espalda y
apreciarte tan duro me hacía extraviarme en ti, sentir como me bajabas los
pantalones mientras yo inclinaba mi cuerpo para recibirte ansiosa dentro de mí;
percibir tu entrar y salir mientras me escuchaba a mi misma jadeante de placer
y advertir como te acercabas, hacía que mi orgasmo se sincronizara con el tuyo
para ambos entregarnos a la sensación mas delirante que jamás sentí en mi vida.
Ese encontrarnos en la misma espacio, en el mismo
segundo, esa simultaneidad tan perfecta en nuestros orgasmos…eso extraño de ti.
Espero que ahora entiendas ese recordarte incesante, ese
extrañarte perpetuo, ese pensarte a diario, ese desearte continuo, ese impulso
por escribirte, ese anhelo de escucharte, ese avidez por sentirte, esa ambición
de obtener tus caricias, ese apetito por besarte, esa concupiscencia por tu
cuerpo, ese vicio de ti, esa agonía por tu ausencia, esa desazón por no
tenerte, ese afán por cuidarte, esas
ansias por verte, ese empeño en amarte y esa esperanza de que vuelvas a amarme.
¿Es que no te has
dado cuenta de que eres tú sólo el culpable, de que yo no pueda olvidarte?
Tú resurges de mi mente sin tener mi aprobación,
persistes testarudo en subsistir, cada día me arrinconan tus ojos, gritándome
que no te deje, cada segundo me persiguen tus besos y tu amor me asedia por los
rincones, para que no lo olvide. Tú me haces amarte, tú me haces desearte, tú
me dices incesante que no te deje extraviarte...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario