18/9/13

Te elijo a ti

Por Edelly J.




Difícil se me ha puesta la vida desde que te conocí.
Mi dulce ángel que llegaste para hacerme sonreír,
tu retorno, iluminó mi triste alma desecha.
Me hiciste feliz, muy feliz en tan poco tiempo.

Fui feliz… pero tan brevemente, pues debo soltar
 lo que me hace sonreír y estar alegre.
Para no pecar contra Aquel que entregó a su hijo por mí.
Dura es esta prueba para poder soportarla, me pregunto:
¿Hasta cuándo he de sufrir? ¿Hasta cuándo he de llorar?
¿Hasta Cuándo he de perder?
No puedo, no, no quiero hacerlo…abandonar una vez más…

¿Por qué no me hiciste ángel en vez de humana?
¿O ave o mar o roca?
Para que así, este mi cuerpo mortal y pecador,
no quisiera avanzar cuando debe detenerse…
Debo escapar, huir, correr; para así poder mi alma preservar.
Si ésta vez me desplomo, ella perece.

¡Oh mi Dios que lo sabes todo! ¿Acaso no sabías que iba a desearle?
No hubiese sido más fácil (digo, para mí, claro está)
No haber visto esos ojos y más aún no haber besado esa boca
que es causante de este mi dolor por no poder tenerla?
¡Oh!, ¡Manos insensatas que tuvieron la osadía de acariciar su rostro,
haciendo cerrar esos ojos, con su dulce tacto!

Pérdida estoy y sin salida, pues me atrapó su aliento,
Cruel recuerdo de ése beso robado, que se convirtió en regalo cuando mis ojos cerré.
Cruel destino el mío…ya que una vez quise… pero no me quisieron
Una vez me quisieron, pero yo no quise.
Y ahora se turba mi alma porque cuando quiero y me quieren
Ese amor llega tantos años tarde o quizás antes, de lo que debió haber llegado.

Dime Dios que tan bueno eres y me amas tanto que a tu hijo diste por mí,
¿Por qué me pones en éste dilema de escoger entre Tú amor y su amor?
¿No sabes tú, que sin ti, yo me muero y llego a ser como la nada?
¿Y sin él mi alma desfallece en soledad y tristeza?

Nadie más que Tú me conoces, ¿A dónde huiré de ti?
No hay lugar en donde tus ojos no se posen,
ni corazón que tu pensamiento no traspase.
Pobre de mí, ser tan humano, tan mortal, tan insignificante sin ti.
Dime ¿Cómo hago para no elegirte a ti, mi Dios tan amado?
Si el sacrificio que me diste es imposible de superar.
¿Cómo compite ese pobre mortal con Ser tan Supremo?
Su batalla de una vez está perdida.
Imposible debatir o contender, pues Tú lo sabes todo, ya antes que pase.
Te elijo a ti, Padre…te elijo a ti.

¿Cómo podría no darte esto que me pides?
Allí está, te lo entrego, sobre rocas lo coloco
y lo baño con el aceite de mis lágrimas, como libación a ti.
Te sacrifico mi amor, mi risa, mi deseo.
Allí está ante ti. 

Tómalo y has que descienda fuego del cielo y lo consuma
Y que a su vez ese mismo fuego me consuma a mí.
Hasta no sentir deseos de esa boca, de ese amor.
De esa vida que llegó a la mía demasiado tarde o demasiado pronto, quizás,
Para poder ser agradables a ti.

 Porque prefiero perderlo todo, antes que por no poder contenerme, pueda yo perderte a ti


No hay comentarios.: