21/1/08

Aprendo

Abro mis ojos, miro alrededor, pero es inútil, no reconozco nada, todo me es ajeno, nada me es familiar.
Con dificultad me pongo en pie y giro sobre mi misma, buscando algo que trajera a mi mente recuerdos, pero nada, no hay nada, antes visto.
Camino cautelosa, despacio levanto la mirada y aun el cielo me es desconocido.
El aire que entra insistente en mis pulmones, es anómalo, común; todo es absurdo, inusitado.
Yo, no pertenezco a ese lugar, a esta atmósfera, ¿Podría sobrevivir? Me preguntaba en silencio, pero no conocía la respuesta.
Desisto de aquél camino, me detengo y en el suelo me vuelvo a acostar.
II
Cierro mis ojos y al mirar, sonreí, ese era mi cielo azul, a mí alrededor el aire era puramente delicioso, sentía tu esencia, tu fragancia.
Rápidamente me levanté y giré sobre mi misma, todo me era natural, conocido, había encontrado mi espacio, mí tiempo.
Y de pronto me di cuenta que allí, apacible, tranquilo, confiado, estabas tú, como esperando mi regreso pero callado.
Un sentimiento de paz recorrió mi cuerpo y mi alma.
Aquí pertenezco, este es mi lugar.
III
Corrí hacia donde estabas, y serenamente hacia mí extendías tus brazos, corrí y corrí, mas nunca llegué a donde estabas, te veía, te sentía, te olía, pero mientras más corría, más te alejabas.
No entendía que pasaba, me detuve…medité, y tú mientras en silencio me llamabas, sin palabras, solo con tu mirada y con tus pensamientos.
Te pedí que vinieras hasta mí, pero no lo lograbas, algo impedía tu movimiento, algo sombrío, incomprensible.
Ni tú podías llegar a mí, ni yo te alcanzaba.
Un estremecimiento se apoderó de mí, porque aunque yo sentía que este era mi universo, no lo era, porque al abrir los ojos me dejabas. Me detuve tristemente, lo pensé un poco y sin querer al final en el suelo ya sin fuerzas me acosté.
IV
Abrí mis ojos, miré a mí alrededor, y me encontré en aquel lugar nuevamente, ese, que no conocía, que me era indiferente. No quería levantarme, mi corazón latía incesantemente, quería detenerse, escaparse. Pensé en cerrarlos nuevamente, pero titubeé.
Decidí aprender a conocer el lugar misterioso, respiré profundamente… y no te sentí en el aire, no estaba tu fragancia, ni tu esencia, sentí un temor alarmante e inquietante; quise huir, pero esperé.
Observé el cielo infinito, y aprendí que también era azul, respiré una vez más y aunque te extrañe en mi respiración, aprendí que podía hacerlo sin dificultad.
Todo era diferente, mis sentidos estaban empezando a reconocer formas, olores y colores que antes me eran desconocidos. Aprendí que aún inéditos, ellos también tenían su encanto.
Y entonces encontré una respuesta, si podía sobrevivir, en ese espacio.
V
Me levanté con sosiego y una vez más giré sobre mi misma, pero esta vez, no buscaba nada conocido porque sabía que no lo había, solo estaba aprendiendo a reconocer ese lugar, lo hice una y otra vez hasta que el temor se fue de mí.
Aprendí en ese girar, que todo me es desconocido simplemente porque no estas, ni en el aire, ni en el espacio, ni en los sueños, ni en la vida, ni en nada. Al abrir mis ojos desapareces, te escapas, te dispersas. Al abrir mis ojos, me encuentro aquí sin ti.
Aprendí que ya no estás.
Pero seguiré en este mundo inhóspito, lo apreciaré, lo intentaré, y lo estableceré como mío. Y me enseñará tu ausencia, como es este mundo sin ti. Y lentamente aprenderé.
VI
Caminando recorro mi nuevo sendero sin detenerme, me acostumbro, aunque sin prisas, al nuevo aire; a la nueva forma de las cosas, al distinto cielo azul, de vez en cuando me detengo y giro sobre mi misma, y con cada giro dejo ir un pedazo de tu recuerdo; y continúo con serenidad.
Ignoro a la brisa cuando me trae presurosa los mensajes con tu voz, desconozco tus huellas cuando quieren cambiar mi pisada de senda, intento olvidar el color de tu amor, el dulce sabor de tu recuerdo. Pero en eso incluso estoy aprendiendo. Aprendo a vivir. Sin ti, sin tu amor, sin tu presencia, sin tus manos y sin tu voz. Aún no lo se del todo. Aún aprendo.
Y cuando siento que es difícil borrarte de mi vida, cuando siento que me muero por tu ausencia, cuando el amor que siento sale de su madriguera, de esa de donde intento que no emerja jamás, cuando ese amor vence todos mis intentos… entonces… me detengo…me acuesto… y mirando al cielo sonrió y digo…perdóname aún aprendo…
VII
Y cierro mis ojos y al mirar, reconozco nuestro cielo, siento tu esencia en el aire, veo el color de nuestro amor, y me levanto velozmente, giro sobre mi misma y sigo nuestras huellas. Y allí… apacible…tranquilo…confiado… estas tú…como esperando mi regreso…pero callado.
Y me dirijo calmadamente hacia donde están esos brazos, que a pesar de mi ausencia permanecen abiertos, como esperando por mí siempre.
Y aunque sé que mientras más me acerco, tú más te alejas, aunque sé que jamás te podré alcanzar, me concentro en escuchar como me llamas en silencio, solo con tu mirada y con tus pensamientos. Y esas voces de las que nadie se enteran, esas que tan solo yo puedo escuchar, esas son las voces que me dan las fuerzas, para volverme a aquel mundo en donde tú no estás.
Nuevamente un sentimiento de paz recorre mi cuerpo y mi alma.
Aquí pertenezco…este es mi lugar…aunque sea… mientras cierro mi ojos.
VIII
Abro mis ojos, miro alrededor y me levanto… y sigo sin cesar nuevamente mi camino, a solas, pero sin miedos. Aprendí a respirar el aire donde no estás, aprendí amar otras cosas que antes no amaba, aprendí que si puedo, que aunque será difícil lo puedo lograr, aprendí a dejarte ir libremente y te dejo regresar en mis sueños.
Ya no tengo miedos, ni temores. Canto, río y sueño. Ignoro o aprendo y sigo.
Ya no hay tristezas, ni dolores, ya se donde encontrarte.
Di libertad a mi corazón, porque aprendí que en el no se manda, es libre de amarte cuanto quiera, y cuando quiere verte, sentirte; yo no puedo negarme y suelo respetar.
Entonces…me detengo…me acuesto…y una vez más…cierro mis ojos para buscarte…
…mientras aprendo…






Safe Creative #0801310408315

No hay comentarios.: